Lola Flores, la primera ‘influencer’ de la Historia(La Vanguardia)

Lola Flores, la primera ‘influencer’ de la Historia(La Vanguardia)

‘LOLA, EL BRILLO DE SUS OJOS’
Camino del centenario de su nacimiento, la periodista sevillana Marina Bernal publica una biografía ilustrada con cien fotos inéditas de ‘la Faraona’ y las colaboraciones de Jesús Quintero, Juan y Medio y Charo Reina, entre otros

Lola Flores, la primera ‘influencer’ de la Historia
ANDRÉS GUERRA

La llamaron ‘La Faraona’ porque no había equivalente femenino en la Roma de los césares. Así fue de grande Lola Flores (Jerez, 1932–Madrid, 1995). A trece meses de celebrar el centenario de su nacimiento, la periodista sevillana Marina Bernal publica una biografía ilustrada de la artista titulada Lola, el brillo de sus ojos. En ella colaboran Jesús Quintero, Juan y Medio, Rosa Villacastín y Charo Reina, entre otros personajes, y su anecdotario se entremezcla con estampas inéditas de Lola que van desde que era una niña hasta que el último sillar cerró la pirámide un 16 de mayo de 1995.

Este libro, casi un álbum, ha gustado mucho al núcleo duro del lolaflorismo, si existiese tal credo: Lolita, Rosario, Carmen Flores, Carmen Mateo y Mariola Orellana. Presentado en Sevilla esta semana, de su contenido hablamos con Marina Bernal, autora también de las biografías de otros dos andaluces inmortales, Rocío Jurado y Raphael.

Con Manolo Caracol viviría una relación ambivalente: muy rica en lo artístico pero desdichada en lo personal.
Con Manolo Caracol viviría una relación ambivalente: muy rica en lo artístico pero desdichada en lo personal. Sevillapress
¿A qué obedece el título del libro?

Lola era una mujer enigmática e irradiaba una tremenda fuerza en el escenario pero también en persona. La explicación de su forma de ser se la dio a Jesús Quintero en una entrevista. Él le comenta con cierta sorna sobre las mujeres de su generación que recurren al quirófano y ella, en cambio, nunca lo ha hecho. Ella le responde: “¿Sabes por qué me ves tan guapa? Porque el brillo de los ojos no se opera”. Se refería a esa fuerza que llevaba dentro.

En este trabajo intervienen el mismo Jesús Quintero, Juan y Medio, Rosa Villacastín y Charo Reina, entre otros personajes, que la conocieron muy bien. ¿Fue difícil contar con ellos?

Me dijeron que sí del tirón. Les estoy superagradecida porque todos tienen mucho trabajo e hicieron un hueco para atenderme. Por ejemplo, Jesús no acude a actos sociales y está totalmente volcado en su fundación, pero tengo con él una relación especial desde hace muchos años; para mí es el rey de las entrevistas. Juan es íntimo de la familia, estuvo en la boda de Elena Furiase, como Charo Reina, que también la consideran del núcleo familiar. Lola era muy amiga de su tía, Juanita Reina, y sus descendientes han continuado esa amistad. Rosa me habla de la época de Lola en Marbella, que fue fundamental.

¿Cómo fue esa coquetería de quitarse años?

Ella nace en 1923 pero a veces aparece que fue en 1928. Lolita lo cuenta: tiene un DNI de su madre en el que aparece la última cifra rectificada con bolígrafo, un 3 convertido en un 8. La propia Lola mantenía que no había nacido en el 23, aunque hemos comprobado que sí por su ficha de bautismo, pero lo gracioso es que en algunas entrevistas se contradice: al quitarse años, cuando se refiere a hechos de su vida profesional, tiene que reajustar las cifras. Esto lo he comprobado cotejando entrevistas muy antiguas, donde a veces debuta con 17 o con 13 años (risas). Pero forma parte de su modo de ser. Sus hijas dicen que a fuerza de repetir una cosa, la convertía en verdad.

Otro aspecto con el que ha jugado era su ascendencia. No era gitana pero estaba enamorada del mundo gitano.

Sus padres no lo eran, aunque decía que su abuelo materno, que se dedicaba a la venta de aceite sí lo era. Sin embargo, cuando se le pregunta a su hermana, Carmen Flores, dice que no era gitano, que eso son cosas de Lola (risas).

Lola se casó con Antonio González ‘el Pescaílla’ el 27 de octubre de 1957. La ceremonia fue en el monasterio de El Escorial.

¿Cómo definiría su amor con Manolo Caracol? Parece que lo bien que le fue en lo artístico contrasta con lo personal.

Ella cuenta que esa época fue muy complicada; que él era un grandísimo artista y del que aprendió mucho pero lo pasó muy mal; en sus memorias dice que su familia llegó un momento en que no querían que estuviese con Caracol. Lo conoció siendo muy joven, con 17 años, viéndolo actuar en el Villamarta de Jerez. Trabajaron con mucho éxito durante la década de los 40, rodaron dos películas y fueron empresarios aunque ella lo contrató primero, en un espectáculo que organizó para Adolfo Arenaza. La relación se fue deteriorando y cuando le sale la oportunidad de marchar a América, firma un contrato muy bueno y supone la ruptura definitiva. Dice también que alguna vez anterior en que intentó volar por su cuenta, él siempre le decía “sin mí no vas a ser nada”. Se equivocaba, claro.

Se casó con Antonio González, ‘el Pescaílla’, según dice, “con quien tenía que casarme”. ¿A qué se refería con esa frase?

Ten en cuenta que no tenía necesidad de casarse con nadie pero estaba convencida de que él era el hombre y que ella lo había elegido; entre ellos siempre hubo mucho amor y fue creciendo con el tiempo. Fue revolucionaria hasta en su boda: no iba de largo y el vestido no era blanco sino gris perla. Antonio, gitano del barrio barcelonés de Gràcia, era mucho menos conocido por ser un poco más introvertido. Así, sus hijos son gitanos aunque ella no lo fuese. Lola fue muy bien aceptada en la cultura gitana.

Lola era un fenómeno artístico, social y mediático aunque no fuese una número 1 en una faceta concreta. En el fondo, esa frase atribuida a un crítico de Nueva York, era verdad: “No canta bien, no baila bien, pero no se la pierdan”, tenía mucho de razón.

Cuando comienza tiene como referente a Pastora Imperio; de hecho, en su primer cartel se presenta como ‘Imperio de Jerez’. Pero Lola, que debuta bailando y actúa con Manolo Caracol, desprendía fuego en el escenario, luego comienza a cantar y hace cine. Era también muy valorada su forma de recitar, era única. Llevaba a su terreno cualquier tema: interpreta una versión de Hey de Julio Iglesias, de las más identificativas del cantante, que cuando la canta no te acuerdas de él. Además, tiene el respeto de todos los artistas; es artista de artistas. Ella es aparte.

Aun siendo tan grande, era muy generosa y muy compañera, reconociendo siempre el talento de los demás, ¿no es cierto?

Así es como actúan los que son verdaderamente grandes. A ella le encantaba el arte y en su casa siempre había artistas. En el Madrid de los 60 y 70 triunfa Caripén, el tablao que montó con Antonio, y allí es donde comienza a profesionalizarse el cante. Hay dinastías flamencas que nacen allí, como los Morente de Granada. Es la época dorada de los tablaos. Todos cuentan que en aquellas noches de Madrid se acababa en el Caripén porque Lola siempre tenía un potaje para todo el mundo.

Creo además que es la única artista española que ha dado lugar a una saga de artistas que van por la tercera generación: sus tres hijos y casi todos sus nietos se dedican o dedicaron al espectáculo.

Así es: Elena Furiase es actriz y Guillermo es músico; Lola Orellana está vinculada al mundo del cine y Pedro Antonio anda en la música, la hija de Antonio, Alba es también actriz… Una familia con mucho talento y muy repartido. Lola era distinta porque los concentraba todos, también la televisión. Se movió la primera por campos tan distintos; no existen artistas tan multidisciplinares. Le quedó una cuenta pendiente con el cine, la de mostrar su talento dramático, según dijo; es decir, solo actuando, sin cantar ni bailar. Tuvo una oportunidad con Los invitados (1986), basada en la novela de Alfonso Grosso, donde pudimos verla en esa faceta dramática que siempre reivindicó.

¿Diría que fue la primera gran influencer antes de inventarse el término?

Claro. ¡Pero si hoy Tik Tok está inundado de frases suyas! En Internet hay muchísimos vídeos con referencias suyas y puede decirse que inventó el rap con ‘Cómo me las maravillaría yo’. Ella tenía una velocidad incomparable para entender el mundo artístico y fue una precursora de lo que vemos ahora en el siglo XXI.

Por fin, un museo en su honor será inaugurado en Jerez. ¿Será pronto?

El espacio físico ya existe: estará en la plaza de Belén, en la conocida como Nave del Aceite, un edificio restaurado del XVIII. En esa misma plaza se encuentra el Museo del Flamenco de Andalucía y quieren también abrir un espacio en su honor para presentaciones y actos culturales. Hay muy buena comunicación entre sus hijas y el Ayuntamiento de Jerez.

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