Discurso de el Cronista Oficial de la Villa Juan Luis Naval en el Día de Chipiona

Discurso de el Cronista Oficial de la Villa Juan Luis Naval en el Día de Chipiona

7 DE JULIO DE 1477 – DÍA DE CHIPIONA Sr. Guardián de este Santuario de Regla, Sr. Alcalde, Sres. Concejales del Ayuntamiento de Chipiona, Sr. Juez de Paz, miembros de la Asociación Cultural Cæpionis, señoras y señores asistentes, muy buenos días a todos. Celebramos de nuevo, hoy 7 de Julio de 2023, el 546 Aniversario de la creación de la Chipiona moderna, es decir, de la Chipiona segregada de Rota a la que pertenecimos desde 1265, cuando esta comarca fue conquistada por Alfonso X El Sabio, a los musulmanes.
Nuestra Asociación, la “Asociación Cultural Cæpionis”, llevaba ya unos años celebrando esta conmemoración, aquí en el Claustro de Nuestra Señora de Regla, concretamente desde el año 2017, y afortunadamente, desde el pasado año 2021, nuestro Ayuntamiento, en Sesión celebrada el 15 de abril, por unanimidad, acordó institucionalizar este día, el 7 de julio, día en que se nos otorgó la “Carta Puebla”, por D. Rodrigo Ponce de León, como “Día de Chipiona”. La satisfacción por parte de nuestra Asociación es grande, debido a que desde nuestra fundación en 1978, fue siempre uno de nuestros objetivos a alcanzar.
¿CUANDO SE FUNDÓ CHIPIONA? El 29 de enero de 1471, el Rey Enrique IV, concede el título de “Marqués de Cádiz” a D. Rodrigo Ponce de León. Más tarde, el 16 de agosto de 1484, la Reina Isabel I, le concedió el de “Duque de Cádiz”. De este modo, con Don Rodrigo Ponce de León, séptimo Señor de Marchena, tercer Conde de Arcos, Marqués y Duque de Cádiz, el linaje llegó a su máximo apogeo. En 1469, heredaría la villa de Chipiona, <<... que él pobló hasta tener cien vecinos en 1492...>>. Fundó Chipiona <<... en un terreno no muy lejano, pero tampoco contiguo a la primitiva fortaleza de Regla...>>, y a la que llamaría oficialmente <>.
El nombre primitivo de este proyecto de puebla, era el de «Regla de Santa María». Más tarde y definitivamente, recibió el de Chipiona, tal vez, buscando un venerable nombre antiguo, aunque ya los moros le llamaban Chepiona. El origen de este nombre está como bien sabemos, en el Cónsul romano Quinto Servilius Cæpión.
Las ordenanzas municipales del fundador datan del 8 de noviembre de 1482. Aunque no se dice la procedencia de los habitantes, de la misma manera que otros pueblos en situación similar, procederían en gran parte del norte de España. Castilla, Asturias, Galicia, etc. Por otro lado, sabemos que también procedían de Arcos y Marchena y que algunos otros pasaban de la condición de soldados a repobladores; que al amparo del Castillo, consolidaron la población de Chipiona, además, se supone que algunos pescadores y labradores vivirían ya en Chipiona, a la que el Duque incrementó hasta el centenar, por lo que resultaron necesarias unas ordenanzas que lo regularan. La fecha de la Carta Puebla es de 1477. A partir de entonces, ya no se relaciona Regla con Rota, sino con Chipiona, <>. La fundación de la Villa de Chipiona, con un fuerte castillo para su defensa, tan cerca de Sanlúcar de Barrameda, denota, según Adolfo de Castro, <>.
El despegue de la economía en toda la zona atlántica, en la segunda mitad del siglo XV, hizo que la población de Chipiona subiese de forma extraordinaria, pasando así, de tener 100 habitantes en 1492 a 620 en 1534. En solo 42 años Según el agustino fray Diego Carmona Bohórquez, la repoblación se hizo con unas ochocientas familias, cantidad que en lugar de ir creciendo como era lo presumible, sucedió precisamente lo contrario, descendiendo vertiginosamente.
Asegura en su libro, que a finales del siglo XVI, había cuatrocientos vecinos y que estos iban en disminución, llegando casi a desaparecer no mucho después, de lo cual, se lamenta en reiteradas ocasiones. Las razones de esta decadencia debieron ser la pequeñez del término para poder subsistir y desarrollarse dignamente, pues era una nada generosa amputación del término de Rota, que a su vez, fue una disgregación del de Sanlúcar, y que así mismo, anteriormente, lo fue del de Jerez. Otra razón era, que el puerto era demasiado pequeño para competir con el de Sanlúcar, mejor equipado que el de Chipiona. Otra, las epidemias de peste que se cernieron sobre la población de Chipiona, que le hicieron descender alarmantemente, los años 1601, 1602 y 1603.
Es de destacar, la entrada de la nueva villa, en un principio solo localmente murada con sus correspondientes torreones, situado uno de ellos, en el lugar denominado San Sebastián y otro, en la actualmente esquina de la Calle “Ntra. Sra. de la O”, con Calle “Cuatro Esquinas”. El concejo municipal, estaba formado por 2 alcaldes ordinarios, 2 regidores, 2 jurados, un alguacil mayor y un escribano. Casi todos nombrados por el Duque, tras una propuesta del anterior Cabildo; a veces, existía un corregidor, y el alcaide del Castillo, que también formaban parte del Cabildo.
LA CARTA PUEBLA Una “Carta-Puebla” o carta de población, es un documento especial, otorgado durante la Edad Media, por una autoridad, a los pobladores de un territorio. Esta autoridad, podía ser señorial o eclesiástica: reyes, señores, Iglesia, Órdenes militares, Órdenes religiosas, etc. Los pobladores, que eran las personas que se asentaban en estas nuevas tierras, solían proceder de otros lugares, normalmente, no muy lejanos al territorio que se poblaba. En la carta-puebla, como documento jurídico y administrativo, se consignan las normas generales a las que deben ajustarse los nuevos pobladores: obligaciones, exenciones, privilegios, fueros, etc. La “Carta Puebla” de Chipiona, era una especie de contrato agrario colectivo, que regulaba el uso de las tierras cultivables, el uso de los bienes del común, la concesión de solares para viviendas, la obligación de permanencia y el régimen municipal. Para ello, se concedían exenciones fiscales y privilegios, además de tierras. Debido a ello, Chipiona ha sido durante siglos, un pueblo agricultor, viticultor, vinatero y bodeguero, hasta llegar a los años 60-70 del pasado siglo XX. La expansión del turismo y la siembra de otros productos agrícolas, más rentables para el agricultor que la vid, hicieron un cambio drástico en el devenir de nuestro pueblo. Con motivo de todo ello, esta Asociación Cultural, ha realizado la edición de un libro de próxima presentación sobre estos temas. La razón de haberse dedicado Chipiona, al cultivo de la viña durante tantos siglos, se debió en un principio, a que Chipiona, desde su fundación el 7 de julio de 1477, por el Duque D. Rodrigo Ponce de León, fue un pueblo de pequeños propietarios, con una gran independencia de sus agricultores, con respecto a la gran mayoría de los pueblos de la comarca El hecho de obligar el Duque, en la “Carta Puebla” otorgada a los repobladores de este lugar, a tener que sembrar un mínimo de cuatro aranzadas de viñas cada uno y construirse una vivienda en el plazo de tres años, hizo que se convirtiese en un pueblo minifundista, no como otros, en los que los trabajadores dependían de los terratenientes para poder trabajar y vivir.
El chipionero, desde siempre, tuvo esa independencia, que le llevó a trabajar por su cuenta y administrarse con el fruto de su trabajo y los productos de su campo. No dependía de estos latifundistas y por lo tanto, no se veían obligados a tener que trabajar para otros, sino para sí mismos. Esta independencia, se fue dilatando a lo largo de la historia desde entonces, llegando incluso a los años 60-70, del pasado siglo XX, fecha en la que aún era común entre los habitantes de Chipiona, tener cada uno, al menos, media aranzada de tierra. En estos principios, ya nos cuenta el chipionero fray Diego de Carmona Bohórquez, que se exportaban los vinos desde el puerto de Chipiona en la “Cruz de la Mar”, para el extranjero, principalmente, para Inglaterra y los Países Bajos.
Los viticultores de Chipiona, al no existir entonces, grandes bodegueros ni medios de transporte para llevar y vender sus vinos a poblaciones cercanas, como Sanlúcar, Jerez, etc., desde un principio, comenzaron a hacer sus vendimias y conservar sus caldos en sus propias bodegas, (existían ya 23 bodegas en 1523), solo 46 años después de su fundación. Muchas de estas bodegas, fueron heredándose de padres a hijos, otras vendiéndose a otros agricultores, otras desaparecían y a la vez, se iban creando otras nuevas. Por el número de bodegueros, más de 400, a lo largo de estos siglos, y por las direcciones donde se ubicaban, podrían haber sido unas 200, las bodegas que se fueron construyendo en Chipiona. Sabemos y tenemos constancia, cómo muchas de ellas, con el paso de los años, pasaron a utilizarse para otros cometidos. Por ejemplo, algunas pasaron a ser “Escuelas o Colegios”, lugares donde se celebraban “Teatros”, posteriormente “Cines”, “Salas de fiestas”, “Carpinterías”, “Cuarteles de la Guardia Civil”, asimismo, la “Ermita del Cristo de las Misericordias”, que también fue antes, bodega. Hoy 7 de julio de 2023, debemos de estar todos satisfechos y orgullosos con la consecución, designación y celebración de este día como “Día de Chipiona”. ¡Muchas gracias a todos por vuestra atención! y… ¡VIVA CHIPIONA!

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