César Lucas reabre el caso cerrado de Marisol

César Lucas reabre el caso cerrado de Marisol

Primero fue niña prodigio, pero después un prodigio de mujer. Destruyó el mito de que los ángeles no tienen sexo. Muchos despertamos a la primera atracción viéndola en el cine. Quisimos ser sus novios. Hubo una época en la que España entera y parte del extranjero estuvo llena de pretendientes de Marisol. Si en vez de nacer aquí llega a hacerlo en Estados Unidos, el alcance de su adoración no hubiera conocido fronteras.

 

La última película que hizo se llamó “Caso cerrado”, y ha terminado por ser un título paradójico que mezcla la ficción con la realidad, pues periódicamente se reabre el caso de Marisol como una obsesión de la que nadie es capaz de liberarse.

 

César Lucas, su fotógrafo por excelencia, ha inaugurado en Málaga (la ciudad natal de la artista) una muestra de las excelentes imágenes que le fue captando con los años. La mutua confianza entre ambos hizo posible tan extraordinarios resultados, se aliaron para dejar las mejores pruebas de que existió el esplendor. Marisol se fiaba tanto de César Lucas que le abrió hasta las puertas de la gloria de su desnudez. Y más allá de una íntima sesión de fotos, se levantó el acta más gráfica de la transición española. La portada de Interviú no pudo contar más rápido ni en más breve espacio que la democracia había entrado en vigor. Y los pechos al aire del rayo de luz parecieron sancionar las nuevas libertades con más pulso y energía que la mismísima firma real.

 

La exposición de César Lucas se puede visitar hasta el 27 de julio, en el centro cultural La Térmica, de la Diputación de Málaga. Abarca el trabajo del gran fotógrafo en 48 retratos realizados desde 1963 a 1974, más de una década. La inolvidable cantante y actriz está seguida por rodajes, ensayos, poses para portadas de discos, etc.

 

César Lucas estuvo en el lugar que nos hubiera gustado estar a tantos, el lugar que aquí o allí fue la compañía de Marisol, la presencia real del sueño de miles de españoles de una generación de por sí soñadora.

 

César Lucas, que ha estado en tantas partes inimaginables con su cámara  -la primera vez que vi quién era fue en un libro de Yale sobre la boda de Raphael y Natalia en Venecia-, ha sido un privilegiado tantas veces al lado de quien sólo pudo ser nuestro cromo o nuestro póster, nuestra canción y nuestro deseo.

 

“Marisol: el resplandor de un mito” es el título de esta exposición y, de manera inevitable, la redundancia forzosa cuando se trata de ella, incapaz de conseguir con una retirada voluntaria de hace ya muchos años que se apague una luz sobrenatural con la que nacen muy pocos en este mundo.

 

Pepe Fuertes

Tagged with:

Artículos relacionados

Leave a reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.