A ti, Narciso Montalbán (*)

A ti, Narciso Montalbán (*)

Cuando se alarga la vida, y las facultades físicas y mentales, empiezan a flaquear, con frecuencia con la carga de sabiduría que suele llevar, así como en ciertos casos, llevar algún acumulamiento de ciertos caudales, según como le haya ido la vida, en lo patrimonial, más que la alegría de haber alcanzado la ancianidad, en algunos casos ni la riqueza de la sabiduría, ni la patrimonial, libran a estas personas de un final triste, amargo.

Las personas, que en estos momentos viven la ancianidad, suelen ser personas que el pasar de los días, meses, y años fueron muy duros, motivada por una guerra, fruto de la ambición fascistas, que se cebaron en los pueblos, con mujeres y hombres que en sus coherencia de ideologías, como el deseo de salir del subdesarrollo cultural, económico e industrial que padecía la Andalucía de la época, dominada por unos cuantos terratenientes.

Algunos Hombres y mujeres dichas, fueron maltratados, vilipendiados, viendo estos como compañeros, hermanos y padres, se lo llevaron a las tapias del Cementerio del pueblo, carreteras, algunos de ellos, tuvieron la suerte de poder seguir viviendo, aun con el mal trago de saber, que por defender sus ideales, sus padres fueron asesinados, y ellos seguir viviendo, luchando, y trabajando para sacar a su familia adelante, con el acoso laboral y social que la dictadura fascista de Franco, y sus franquitos de los pueblos.

Hace días, por la calle Isaac Peral, tuve el atrevimiento de saludar y hablarle a uno de esos hombres luchadores, encarcelado, y tener que ver como los asesinos Franquistas mataron a su padre. Si bien lo veía con cierta frecuencia, no tenía relación social, política, ni de amistad como para poder hablarle, aunque me entere hace tiempo que se tuvo que ir de Chipiona, por motivos familiares.

Al verlo de vuelta del ¡DESTIERRO¡, no me pude contener, dándole mi saludo y mi enhorabuena por volver a Chipiona, su pueblo, me preguntó quién era yo, y cuando le dije mi nombre y apellidos, y con sus mas de noventas años, me reconoció, me pregunto que como sabia yo su ¡destierro¡, al cual le contesté, que por habladuría urbana, aunque teniendo solo esa versión y siendo dolorosa la que yo tenía, consideraba que sería mejor dejar el tema, el cual me contesto que no, manifestándome los motivos, coincidiendo en lo yo que me había enterado.

En el trayecto del grato paseo que tuve, (por ir acompañando de tan ilustre persona) también me recordó con gran satisfacción, el homenaje a los hombres y mujeres asesinados, por defender la constitución por los tiros de los fascistas en el Cementerio Municipal, carreteras, entre ellos su propio padre, por las libertades y en defensa de la restitución de la República, la que defendió, lucho, y a sus noventas años sigue luchando.

A ti Narciso Montalbán, en razón de justicia, espero que los partidos democráticos de Chipiona te homenajeen, al Comunista convencido, al luchador por eliminar entre los hombres las clases, al maestro carpintero, al dolor de su vida pasada, al ser prudente incluso en la adversidad de tus últimos momentos, y vicisitudes, de los tiros en tu frágil (por edad) corazón.

(*) Narciso Montalbán falleció el pasado mes de abril de 2011
En la foto aparece de pié junto al también fallecido José Mellado

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