«Cómo llora Sevilla»: las claves de un libro que dignificó para siempre al costalero

«Cómo llora Sevilla»: las claves de un libro que dignificó para siempre al costalero

Por ANTONIO CATTONI, ABC de Sevilla
Se reedita después de treinta años ‘Cómo llora Sevilla’, el texto que dignificó el costal

«Cómo llora Sevilla…» del padre Ramón Cué, vuelve a las librerías y a internet 30 años después
Reeditan 30 años después «Cómo llora Sevilla», del padre Ramón Cué, considerada gran obra de la Semana Santa de Sevilla.
Era el libro: el libro de Semana Santa cuando prácticamente no los había. Con él su autor el Padre Cué cambió la forma de vivirla a varias generaciones. Hoy vuelve a publicarse más de tres décadas después de la ultima edición de Rodríguez Castillejo. Seguirá enganchando, porque está cuajado de verdades reconocibles y contadas de una forma bella y fácil. A veces demasiado dulce (cosas de la época), pero nunca falsa. Tuvo que ser un sacerdote mexicano quien hiciera caer a nuestros padres en la cuenta de las cosas que no sabían que sabían.Aquel jesuíta llamado Ramón Cué solo vio una Semana Santa en Sevilla, la del año 1947. había venido a estudiar Historia de América y aquí conoció a una cuadrilla de acérrimos capillitas que le llevaron de la mano. Eran Manuel Ferrand Bonilla, Joaquín González Moreno, Juan Delgado Alba, Carlos Acedo Romero y Julio Martínez Velasco. Casi ná. Aquellos cinco magníficos le mostraron todo lo aquello de lo que debía ser testigo; hasta convencieron a Pedro Braña para que la banda tocara Amarguras a la salida del Baratillo. Y también le contaron muy bien lo que no pudo ver. Cué les prometió un libro.
Ese libro es el que 73 años después podemos disfrutar de nuevo, editado por Sevillapress, gracias a la gentileza de la Compañía de Jesús que ha cedido a tal efecto los derechos de autor.‘Cómo llora Sevilla’ fue concebido como una guía para turistas, pero se convirtió en un clásico en la estantería de los sevillanos, porque el sacerdote plasmó en él mucha verdad, haciendo gala de su enorme capacidad de observación y una intuición realmente sobrecogedora. Así lo destaca el periodista y pregonero José Luis Garrido bustamante que lo conoció y trató: “Era el típico jesuita, muy inteligente muy bien formado con una cultura extraordinaria. Y además un hombre exquisito de una gran sensibilidad y con dotes de observación increíbles. Él lo captaba todo y lo traducía.”

En sus páginas aprendemos que la Semana Santa de Sevilla encierra inconsciente de ello toda la Teología; Que hay que ver un palio desde tres perspectivas: de frente como una esperanza; como un sueño fugitivo cuando pasa a nuestro lado y como un recuerdo indeleble cuando se marcha. También dio a conocer que Sevilla es la autora de la mismísima Macarena, y que desde las estrellas nuestros seres queridos siguen participando de la fiesta, como aquella niña azul de la calle Feria.
Nos enseñó que un palio es un consuelo para la Virgen que cobija; que hay calles hechas solo para que pase un Cristo; que los cirios son una clepsidra de cera y miden el tiempo de la conversión. Con ‘Cómo llora Sevilla’ fuimos capaces de reconocernos en el crujir de la madera o el sonido metálico de la contera de plata en el suelo. Y tantas cosas más… “era el primer libro donde se decían cosas tan serias, sublimes y nuestras con un lenguaje que comprendía todo el mundo, con un verso sencillo y fácilmente memorizable”, destaca el periodista.Costaleros

Además de ello es atribuíble al jesuita una conquista social concreta. La semilla fue esta frase: “Costalero, el día en que tú faltes, dejaría de ser la Semana Santa de Sevilla”. Eso supone una auténtica revolución, apunta Garrido Bustamante “Cuando la gente de abajo llegaba a una cafetería los cofrades se retiraban un poco, no fuera a ser que les mancharan. El costalero era un servidor, un trabajador del muelle, pero cuando se publicaron aquellos versos en los que lo llamaba el ‘viril de Dios’… las cosas empezaron a cambiar. Después de aquello los costaleros fueron mucho mejor tratados.”

El responsable de esta reedición Miguel Gallardo abunda en ello “Eran trabajadores. Yo recuerdo un año que la Macarena retrasó su salida porque tenían que llegar los costaleros del Rosario de Montesión que eran los que la sacaban. Cobraban muy poco. En 1900 cada costalero se llevaba 12 reales por cofradía con cuatro horas de recorrido y en función del número de horas de más sumaban más dinero. Uno de las aguas cobraba 275 pesetas, los de la Macarena, 750.”

Gallardo leyó por primera vez el libro cuando tenía 14 años y desde entonces lo vuelve a hacer cada año por cuaresma. Hace tres décadas que se descatalogó su última edición (se publicaron dieciséis desde que fuera escrito en lugares tan alejados de nuestras cosas como la Coruña, Santander o México, además de Sevilla) de la que llegó a comprar 200 ejemplares para regalarlos a los visitantes. Dado que no podría hacerlo más se propuso reeditarlo y así es como ha llegado la décimo séptima: el verdadero pregón de un no pregonero en un año sin pregón. Para ello ha contado con la colaboración de la Compañía de Jesús que además de ceder los derechos ha elaborado una biografía del sacerdote mexicano. También han participado quince periodistas, escritores o cofrades como Fernando Iwasaki, Fran López de Paz, Francisco Correal o Luis Carlos Peris que han escrito otros tantos prólogos. A ello se suman algunas de las fotografías más sobresalientes del reconocido dúo de fotógrafos sevillanos Fernando Salazar y Ángel Bajuelo.

‘Cómo llora Sevilla” sembró en el Padre Cué el ánimo de ser pregonero de la Semana Santa. Nunca sería designado para ello. Solo llegó a pronunciar el de las glorias que con el título de ‘Como ríe Sevilla’ se convirtió en un complemento de este que nos ocupa. De aquel pregón sabemos que no leyó ni una línea. Se lo sabía de memoria. También Garrido Bustamante fue testigo de esa forma de comunicar. “Cuando a mi me nombraron pregonero él vino para presentar un libro. Era increíble verlo pasear por el proscenio. Cómo llenaba el escenario con una voz espléndida. Al terminar el acto fui a que me firmara el libro. Y me presentaron como el pregonero de aquel 1990. Recuerdo su mirada detrás de las gafas. Me dijo: ‘cómo te envidio’.”El padre Cué murió en 2001, dejando tras de sí una gran colección de objetos religiosos y muchos libros en los que demostró una curiosidad voraz por todo lo que le rodeaba. Gracias a ello y a cinco buenos sevillanos que ya nos dejaron tenemos en nuestras manos un texto que cambió la forma de entender la Semana Santa profundizando en la realidad de lo que ofrece. Hay que tenerlo y sobre todo hay que leerlo.
Foto: Vanessa Gómez

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