El periodista sevillano Miguel Gallardo reedita “Cómo llora Sevilla…” del padre Ramón Cué,vuelve a las librerías y a internet 30 años después

El periodista sevillano Miguel Gallardo reedita “Cómo llora Sevilla…” del padre Ramón Cué,vuelve a las librerías y a internet 30 años después

También participan otros 15 periodistas y fotógrafos sevillanos

El año que Sevilla se queda sin pregón de Semana Santa se edita el pregón del padre Cué que nunca se llegó a pronunciar pero sí se escribió.

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Sevillapress ediciones ha reeditado la 17 edición ,con 15 nuevos artículos de periodistas, las 30 mejores fotos de Salazar y Bajuelo, la biografía del padre y anécdotas para turistas y jóvenes cofrades , en la edición de más calidad de cuantas se han publicado.

Es el libro más vendido de la historia de la Semana Santa de Sevilla , una biblia de la Semana Santa de Sevilla que todo joven cofrade debe conocer

“Cómo llora Sevilla…” es la personal interpretación que hizo de la Semana Santa de Sevilla el sacerdote jesuita mejicano Ramón Cué, en 1947, y que se ha convertido en el libro más vendido de la historia de la Semana Santa.
El año que Sevilla se queda sin pregón de Semana Santa se edita el pregón del padre Cué que nunca se llegó a pronunciar pero sí se escribió.
Es el mejor regalo que te puedes hacer en estos extraños días de Cuaresma. Te llega a casa , donde estás confinado, ese mensaje de cariño, espiritualidad, poesía y sevillanía.
Se puede comprar en todas las librerías de España distribuido por Azeta, o pidiéndolo a Amazon , libros.cc, o pidiéndolo por correo electrónico a comollorasevilla@gmail.com y le llegará a su domicilio .
Ahora Sevilla Press Ediciones lo vuelve a reeditar con 15 nuevos prólogos de periodistas y cofrades. Por primera vez se publica “Cómo llora Sevilla…” con más de 30 fotografías a todo color, seleccionadas como las mejores de los prestigiosos fotógrafos de Semana Santa Fernando Salazar y Ángel Bajuelo, autores de cientos de carteles y merecedores de muchísimos premios en su larga vida profesional.
Se trata de la mejor edición de las 17 que se han publicado de este libro, con maquetación e impresión de Liberis.
“Hemos querido unir los mejores textos y las mejores fotos de la historia de la Semana Santa de Sevilla” ha comentado el editor el periodista Miguel Gallardo Rodríguez quien agradece también a la Compañía de Jesus las facilidades que en todo momento han dado para la cesión de los derechos del autor de los que son propietarios.
Completa esta lujosa edición una extensa biografía del Padre Ramón Cué realizada por la Compañía de Jesús y en la que se relata desde su infancia en México hasta su fallecimiento hace 19 años en España ,incluyendo su expulsión de España junto a los Jesuitas.
Entre los prologuistas se encuentran Luis Carlos Peris, Francisco Correal, Juan Salas, Isabel Fayos,Mariola Aguje- tas, Eduardo Dávila Miura, Enrique Casellas, Marina Bernal, Miguel Gallardo, Paco García , José Vicente Dorado, , Fran López de Paz, Fernando Iwasaki.
El libro está dedicado a todos los cofrades ,turistas y jóvenes de Sevilla, .
“Cómo llora Sevilla…” se ha considerado “el pregón que se perdió Sevilla” ya que el Padre Cué no fue nunca invitado a pronunciarlo, aunque sí tuvo oportunidad de dar el pregón de las Hermandades de Gloria que llamó “Cómo Sonríe Sevilla…”
Ramon Cué llevaba ya tres años siendo jesuita cuando, con 32 años, llegó a Sevilla para seguir sus estudios de Historia de América en la Universidad hispalense. Aquí conoció a cinco jóvenes cofrades universitarios que fueron los que, en pandilla, le enseñaron en 1947 la única Semana Santa que vivió y conoció.
Al marcharse prometió a los cinco jóvenes que les mandaría un libro con las vivencias de esos días y escribió “Cómo llora Sevilla…”, que el autor les leyó personalmente en el mirador del monumento del Sagrado Corazón de San Juan de Aznalfarache ante el asombro de los cinco jóvenes. El libro fue editado con una tirada de 2.000 ejemplares, al precio de 0.50 céntimos de pesetas que se agotaron en tres días y hubo que hacer una segunda edición.

Desde entonces hasta ahora se han publicado 17 ediciones en 73 años, tanto en México como en España,la última de ellas en Sevilla hace 30 años , en 1990 por la editorial ya desaparecida Castillejos.
Se trata de una joya de la literatura de Semana Santa, una especie de Biblia de obligatoria lectura, para los jóvenes cofrades y para los turistas que visitan Sevilla.
La única intención del Padre Cué fue contar lo que vivió y sintió a los turistas , pero para sorpresa de todos, su prosa y sus poemas, llegaron al alma de todos los sevillanos cofrades.
Hasta tal punto se hicieron populares sus versos que incluso Paco Palacios El Pali le puso música por sevillanas al poema de «la niña enferma de la ventanita de la calle Feria al pasar La Macarena», con tal éxito que hace tal sólo seis años la volvieron a grabar Los Amigos de Gines en una recopilación de grandes éxitos.
El Padre Ramón Cué fue también conferenciante de TVE en el año 1974, siendo un prestigioso presentador, comunicador y actor. Su obra “Mi Cristo Roto” es un libro de poemas escrito en 1963 en el que narra el aprendizaje y aventuras con una cruz con cristo mutilado comprada a un anticuario de Sevilla. Es considerada una parábola que fue adaptada a obra de teatro, representada como monologo por el actor mexicano Alberto Mayagoitia en el altar del perdón de la Catedral de México, siendo uno de los mayores éxitos del autor jesuita.
Quien fue el Padre Cué?

Ramón Cué Romano, conocido popular y cariñosamente como el Padre Cué, nació en Puebla de Zaragoza,México, el 21 de abril de 1914 y falleció en Salamanca, España, el 9 de junio de 2001, a los 87 años de edad.

Su nombre de nacimiento fue Ramón Manuel del Corazón de María Hano Cué, ya que sus padres fueron Ramón Hano Romano y María del Carmen Cué Pérez, pero luego, por algún motivo desconocido, cambió de orden su apellido colocando el materno primero y eliminando el Hano para dejar sólo Romano como apellido paterno y optó por firmar su extensa obra como Ramón Cué Romano.
Su padre Ramón Hano Romano y su madre María del Carmen Cué Pérez fueron naturales de Poo parroquia del concejo asturiano de Llanes y emigraron a México. Primero viajó su padre y se dedicó al comercio, tras conseguir una solidez económica, fue también María y se casaron.
Fue sacerdote jesuita, escritor, poeta y profesor mexicano de origen español, por lo que tenía la doble nacionalidad, y dejó un legado literario de más de 30 importantes obras.

Cuando Ramón tenía menos de dos años quedó huérfano de padre y un tiempo después su madre lo llevó a vivir a San Luis de Potosí, allí comenzó a estudiar con un maestro privado hasta que entró en la escuela pública.
Su madre decidió regresar a España en 1926, cuando él tenía tan sólo 12 años. Continuó sus estudios en el Colegio de la Compañía en Carrión de los Condes con altas calificaciones. Ya a esa edad sentía que su vocación comienza a definirse y, al culminar los estudios, fue admitido en el Noviciado de Salamanca en 1930. Le fue presentado un impedimento por ser hijo único de una madre viuda, pero ella no puso obstáculo al interés de su hijo por ser Jesuita.
Estudió Teología en la Universidad Pontificia Comillas. Entre 1946 y 1948 estudió Historia de América en la Universidad de Sevilla y posteriormente finalizó sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid.
Fue un apasionado coleccionista de objetos de arte religio sos: más de 124 crucifijos traídos de todo el mundo, 13 relicarios y 9 cruces, además de muchísimas medallas de la Virgen, pues su lema era «Acuérdate Madre de las veces que he hablado de ti». Estos serían donados al Museo Diocesano Regina Coeli de Cantabria, quienes abrieron la sala «PadreCué». Abarca piezas desde el siglo XIII hasta nuestros días.
Con el exilio impuesto por la II República Española, la Com pañía de Jesús fue disuelta por decreto, le fueron dados solo diez días para que los integrantes tomaran la decisión de abandonar la Compañía o abandonar España. Los 219 Jesuitas que estaban en la comunidad de Salamanca partieron de España el 31de enero de 1932. A su llegada a Marquais (Francia) el 9 de abril los novicios tienen una situación incómoda por no tener una resi dencia pero los Jesuitas del Colegio de Saint Michele de Bruselas les ofrecen una parte del Colegio. Es en esta ciudad donde Cué hace sus Votos del Bienio el 16 de julio de 1932 consagrándose a la Compañía de Jesús. En el exilio estudió Filosofía en Marneffe en la Facultad de la Provincia de Castilla. En la misma ciudad recibió las tradicionales Ordenes Menores allí mismo en Marneffe el 14 de julio de1938 de manos de Mons. Luis Kerlshol.
En mayo de 1938 se publicó en España el Decreto de Resti tución a la Compañía de sus bienes y de la Reposición de todos sus antiguos derechos. Ramón Cué regresó a España donde dio clases de literatura en el Colegio de San José de Valladolid durante el curso escolar 1938—39. El siguiente curso continuó su Magisterio en el Colegio Sagrado Corazón de Barcelona. El tercer año de Magisterio, 1940—41 lo realizó en el Seminario Menor Pontificio de Comillas. Terminado el Magisterio, estudió Teología en la Universidad Pontificia de Comillas, de 1941 a 1945. Fue Ordenado Sacerdote el 30 de julio de 1944 por Mons. Balbino Santos. El curso 1945—46 lo dedicó a hacer la Tercera Probación en Salamanca. Posteriormente completó su formación con estudios civiles.
Entre 1946 y 1948 estudió Historia de América en la Universidad de Sevilla y posteriormente finalizó 0sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid. Durante su estancia en Sevilla quedó impactado por su Semana Santa, a la que dedicó Cómo llora Sevilla : (interpretación de la Semana Santa). Colaboró con diversas Hermandades. En 1965 fue pre gonero de la Semana Santa de Córdoba y en1966 de la de Sala- manca. Completada su formación, Ramón Cue fue formador en los centros jesuitas de Salamanca (1949— 1952), Santander (1952—1956) y Santiago de Compostela (1956—1998). Ante el deterioro de su salud en 1998 fue destinado a la Enfermería de Salamanca, donde falleció en 2001.
Volviendo a su época de Sevilla.es en estos años donde ‘descubre’ la Sevilla de las Procesiones. Ciertamente no fue un hecho fortuito porque, por su cultura y la sensibilidad de su alma cristiana, poética y artística, sin duda fue pronto consciente de vivir en una ciudad fascinante que entró muy dentro en su alma. Pero su respuesta al reto de profundizar en aquella psicología religioso—cultural única que se revelaba en sus mun dialmente famosas Procesiones, tampoco fue solo producto de decisión personal.
Felizmente, para disipar cualquier duda, lo testimonia su dedicatoria “ENVIO” en “Cómo llora Sevilla…” Es diáfano en confesarlo: “lo que para los que no somos sevillanos es difícil comprender en todasu profundidad cómo llora Sevilla” pero modestamente, añade “creo que algo he entendido” y afirma:
“Dios dispuso que … me ayudarais vosotros, los cinco, para llevarme de la mano y enseñarme a comprender el llanto de Sevilla. Habéis sido mis catedráticos de sevillanismo. Vosotros que sois discípulos conmigo en las aulas universitarias”. Es a Carlos, Joaquín, Juanito, Julio y Manolo de quienes confiesa: “La juventud me enseñó a entender a Sevilla. La juventud precisamente, que dicen sabe poco de llanto”.
Así literalmente lo había dejado impreso desde la primera edición de su famoso libro. Lo comentaba con profunda satisfacción en sus últimos tiempos en Santiago, recuperado del grave trauma que ya anunciara el declive, pero antes de su último destino a Salamanca. Quienes le escucharon describir lo que ya dejara escrito reiterarlo, si cabe, con mayor viveza y convicción, no podrán olvidar aquel énfasis para describir a sus “catedráticos de sevillanismo
Los cinco jóvenes sevillanos

¿Quienes fueron los cinco jóvenes sevillanos que enseñaron la Semana Santa de Sevilla al Padre Cué?
El Padre Cué conoció la Semana Santa de Sevilla, en 1947, de la mano de los recordados Manuel Ferrand Bonilla, Joaquín González Moreno, Juan Delgado Alba, Carlos Acedo Romero, y Julio Martínez Velasco,universitarios entonces y entusiastas de la Semana Santa que según recordó Julio Martínez Velasco el último superviviente de los cinco que falleció el pasado año «le invitamos a que se uniera a nuestra cuadrilla costalera para enseñarle nuestras cofradías como deben admirarse. Y quizás no lo hiciéramos muy mal —confesaba Martínez Velasco—, pues de tal aventura nació “Cómo llora Sevilla…”».
Pero no sólo no lo hicieron tan mal sino que en 2012 Julio presentó el libro «La Semana Santa del Padre Cué», editada por Guadalturia y de la que es autor el escritor y crítico teatral de ABC de Sevilla Julio Martínez Velasco. Una obra que tiene como singularidad, como el propio autor señala del «testimonio delúltimo superviviente de “Cómo llora Sevilla…” en el que se explica como se concibió su extraordinario libro.
Si, un libro casi 70 años después para explicar como se escribió el otro libro.
La obra hace un repaso minucioso y ameno de las vivencias acontecidas en distintos días de la Semana Santa en los que el Padre Cué se dejó llevar por estos universitarios, a la par que el autor aprovecha para comentar distintos capítulos de la obra del jesuita. Anécdotas, sensaciones y una especie de biografía desde su condición de profesor de la Universidad constituyen un descubrimiento para los más jóvenes y la posibilidad de saber, de primera mano, de la de Julio Martínez Velasco, cómo era el Padre Cué.
Entre las anécdotas de este libro se recoge el hecho de que en el año 1947 llovió el Domingo de Ramos y se tuvo que volver la Hiniesta y no salió la Amargura por lo que el autor se pregunta cómo pudo escribir tan magistralmente Ramón Cué el capítulo dedicado a la Amargura a su paso por las Hermanitas de la Cruz.
¿Lo escribió por lo que los cinco jóvenes le habían contado de lo que se habían perdido?. Porque el libro sale al año siguiente y el Padre Cué curiosamente no tuvo oportunidad de vivir ninguna otra semana Santa en Sevilla.
González Moreno, siendo ya conocido historiador y director del archivo de la Casa Ducal de Medinaceli,contó antes de morir que la lectura inédita de cuanto había escrito el Padre tuvo lugar en el mirador del cerro del Sagrado Corazón, en San Juan de Aznalfarache. Allí citó a sus cinco anfitriones. Los dejó admirados. Sólo hubo un pero: unos versos que le recomendaron suprimir, dedicados al Baratillo por el Arco del Postigo,cuyas expresiones estimaron que podían derivar en guasa de la buena de Sevilla.
Por último, como bien analiza Martínez Velasco, en el poema dedicado por Ramón Cué a los costaleros se halla el origen de la dignidad que esta tarea —por aquel entonces mal considerada— ha llegado a alcanzar. Ramón Cué humanizó a la vista de todos el mundo de las trabajaderas, del que se hablaba peyorativamente.
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