El vino moscatel de Chipiona

El vino moscatel de Chipiona

Por Juan Luis Naval. Cronista de la Villa

Al acercarse las navidades, siempre acuden gente de los pueblos de nuestro alrededor y personas que nos visitan de cualquier otro lugar a comprar su garrafa o estuche de botellas de moscatel para consumirlo en estas fiestas. El moscatel podríamos decir es un producto, que aunque se consume todo el año, es en navidades cuando tiene su mayor tirón, por ser un vino dulce que combina con los productos navideños como el polvorón, los pestiños, etc., y ser apetecible en esta época en la que el frío aprieta.
         Entre los vinos famosos del Marco del Jerez – Xerez – Sherry existe la variedad nombrada «Moscatel», cuya producción, si no toda en absoluto, al menos una extraordinaria parte de ella radica en Chipiona.
El Moscatel es un vino peculiarísimo de Chipiona, se da en sus tierras pero no en otras, que aunque similares aparentemente, no producen el vino con ese perfume delicioso y tentador que el de aquí. Tal vez el clima, la naturaleza del terreno, la técnica utilizada, los años de experiencia. Lo cierto es que, al menos hasta ahora, de los vinos moscateles que se crían en España, ninguno tiene este perfume característico, delicioso y tentador de los de Chipiona.
Con el mismo término «Moscatel», que al parecer procede del italiano «moscatello», se denomina a un tipo de uva dulce de la que se conocen 18 variedades, (menudo blanco, morisco, menudo dorado, gordo morado, gordo blanco, romano, real, flamenco, gorrón, isidoro, etc.), las cuales se cultivan en la propia Italia, en el sur de Portugal y, sobre todo, en varias regiones españolas, como Cataluña, Levante, La Mancha, las provincias andaluzas de Huelva y Málaga y en el municipio de Chipiona, donde se da la variedad denominada «isidoro» o «isidori».
El Moscatel es una variedad universal, extendida en muchas zonas del mundo, y citada ya en la antigüedad por Columela, en los primeros años de la era Cristiana. Originaria de África, se la ha clasificado en la tribu de los “Moscateles”. Otras sinonimias son: Moscatel de Alejandría, Moscatel Gordo, Moscatel de España, etc. Su uva es color blanco, la hoja es mediana, orbicular, con seno peciolar poco abierto, en forma de V, en senos laterales superiores cerrados y escasa vellosidad. Los sarmientos son semierguidos. Tienen racimos numerosos, grandes, desiguales, sueltos. Las bayas son grandes y jugosas. Se desarrollan mejor en viñedos situados cerca del mar.
Esta uva, una vez secada al sol, o «soleada», durante un periodo de quince a treinta días, según la climatología, pierde gran parte del caldo pero mantiene el azúcar, convirtiéndose en moscatel pasa, que se «apaga» con alcohol para evitar la fermentación. Esta mezcla da lugar al moscatel, un vino de primera calidad y que intenta hacerse un hueco entre los caldos más apreciados del mundo, dado que es necesaria una gran cantidad de uva para producir poco líquido. Es habitual que el moscatel se «ligue» con mosto «listan», alcanzando así una graduación media de 18 grados de alcohol y 8 de licor, cifra esta última que en el moscatel puro se dispara hasta 20 ó 25 grados, difícilmente digeribles, por otra parte, por el organismo humano.
El color del vino moscatel, al contrario de lo que se cree, no es negro. Es de color claro, como casi el de un vino blanco, y la oscuridad la aporta el vino quemado o de color que se cría en la vecina Rota y en Chipiona. Esta mezcla, reconocida por el Concejo Regulador de Jerez, además de darle color, resta dulzor al moscatel. Por tratarse de un vino que se «apaga» con alcohol para evitar así su fermentación, recibió en la antigüedad el nombre de <>, ya que no seguía la norma de todos los vinos en su proceso. Ya Fray Diego Carmona Bohórquez, agustino chipionero, en su libro escrito a mediados del siglo XVII nos lo decía asi: <>.
Históricamente, aunque las primeras noticias sobre la viticultura en Chipiona se remontan al año 1448, no se especifica los tipos de viñas que se cultivaban, es de suponer que desde un principio se debió de producir el moscatel o <> ya que tanto como mencionan las actas capitulares del Ayuntamiento de Chipiona como el relato anterior de Carmona Bohórquez de fecha 1638, ya se daba a este vino moscatel o «bastardo» el calificativo de dulce y que gustaba mucho a los extranjeros y se utilizaba para la exportación a estos países. Por lo tanto habría adquirido unos años antes el prestigio o la fama para ello. Esto nos hace pensar que podemos remontarnos en el tiempo, al principio o poco después de comenzarse la producción vitivinícola de Chipiona que aumentó considerablemente en 1480 debido a factores como el consumo interior y sobre todo a la exportación por mar.
Con la iniciativa del Marqués de Cádiz, Don Rodrigo Ponce de León en 1477 de repoblar Chipiona, en la carta de franquezas a los posibles nuevos vecinos incluía la obligación de que plantara cada uno como mínimo cuatro aranzadas de viña. De forma que tres años más tarde, el marqués reconocía que lo que antes eran <> ahora <>.
Hasta hace unas décadas, existían en Chipiona una docena de Bodegas que producían este vino, pero, a partir del <> del cultivo de la zanahoria primero, el de los invernaderos después, y el auge de la construcción en Chipiona provocó un arranque continuado de viñas, y el derribo de la mayoría de estas bodegas para la construcción de apartamentos. Actualmente sólo sobreviven dos de esas bodegas, la de los herederos de Cesar Florido y la de José Mellado Martín, además de la Cooperativa Católico Agrícola. La firma Caballero continúa embotellando el conocido moscatel <>, desde sus bodegas en el Puerto de Santa María, aunque con uvas de Chipiona.
Con la desaparición de tantas bodegas, también desaparecieron muchas marcas de vino moscatel como “San Ramón” de los herederos de Dª Teresa Reina Vidal, «El Cid Campeador» de Manuel Neches Hernando. «Moscatel Pichilin» de Manuel Miranda Cabo. “Pico Plata”, “Princesa”, “Celestial”, “Campeón”, de Florido Hermanos de sus bodegas de Chipiona, “Moscatel Dorado”, “Moscatel Superior”, “Moscatel Solera”, “Moscatel Solera Añeja”, “Moscatel España”, “Moscatel de Florido Hermanos”, “Moscatel Extra”, “La Palma”, “Mascota”, “Moscatel Fino”, “Moscato Pasito”, “Aurora”, de Florido Hermanos de sus bodegas de Sanlúcar de Barrameda, que aunque se fabricaban y se exportaban desde Sanlúcar eran vinos de uva procedente de Chipiona y en el escudo de las etiquetas llevaban tanto el Faro de Chipiona como el escudo de Sanlúcar de Barrameda.
El moscatel de Chipiona ha sido y sigue siendo premiado en diversos concursos vinícolas a nivel internacional, las tres bodegas existentes obtienen continuamente y año tras año galardones y premios por sus vinos en concursos donde participan miles de marcas de vino representando a más de treinta países. Estos premios son el reconocimiento a este producto nuestro con más de 500 años de existencia.
Desde 1966, a finales del mes de julio o primero de agosto se celebra la fiesta de exaltación a este vino, el «FESTIVAL DEL MOSCATEL», que actualmente se celebra en la Plaza de Andalucía con gran brillantez, con su pregón y actuaciones musicales pues para Chipiona el moscatel representa una de las señas de identidad de nuestro pueblo.
Chipiona tiene cerca del centro histórico, en la «Cooperativa Católico Agrícola», sito en la Avenida de Regla, «EL MUSEO DEL MOSCATEL» donde el visitante puede dar un paseo por la historia y la cultura de este vino tan genuino y conocerlo mejor. Consta de siete áreas temáticas, con escenarios reales y virtuales donde el visitante puede ver e interactuar con modos de vida y prácticas artesanales de producción del vino en diferentes épocas históricas. Además de conocer las técnicas de producción actuales.
             Juan Luís Naval Molero.             Cronista Oficial de la Villa de Chipiona.
Para ver anteriores publicaciones: http://chipionacronista.blogspot.com.es/

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