Comer en La Habana

Comer en La Habana

 

Por Rafa Guerrero

Después de varios años sin visitar la Tierra más hermosa, vuelvo con el espíritu libre y las ganas más que renovadas por ver a los amigos y volver a visitar aquellos lugares que tan buen recuerdo siempre dejaron en mis papilas gustativas. No todo fueron alegrías, en algunos de ellos han perdido fuelle y las cosas son bien distintas, lo difícil de un negocio dedicado a la hostelería es mantener la calidad, sin embargo, el descubrimiento de nuevos locales me ha devuelto la sonrisa y el apetito. La gastronomía cubana se distingue por su condimentación e inventiva, además de ser la heredera de otras culturas que por allí se asentaron y fueron dejando en el paladar de los cubanos el regusto por lo sabroso. Pero vayamos por partes, ahora les propondremos una selección de establecimientos para saciar el hambre y satisfacer a los sentidos.

EL CHANCHULLERO

Situado a pocos pasos del Capitolio, en la calle Brasil, también conocida como Teniente Rey, este local no tiene llamativos letreros, una pequeña placa en la entrada «Hemingway nunca estuvo aquí», ilustra bien  su filosofía, adivinaréis donde se encuentra por la gente que espera en la puerta para poder comer allí, señal inequívoca de buen servicio y calidad. La decoración del local es muy sencilla y acogedora, materiales reciclados sirven como mesas y sillas en sus dos pequeños comedores, uno por planta. Las redes sociales y el boca a boca, hacen que allí se congreguen gentes de medio Mundo, esperando saborear su cerdo al perejil, camarones enchilados o pollo fricasé entre otros. Hay que destacar que las raciones son abundantes y vienen acompañadas de una rica y suculenta ensalada de aguacate, tomate, pepino y col. En el Chanchullero se cocina para los clientes como si fuésemos sus amigos y eso se nota en el resultado. Los precios son muy adecuados, entre 4’00 y 4’50 pesos cubanos convertibles los platos y los combinados: Mojitos, Piñas coladas y Daiquiris a 2’00. Hay que hacerse a la idea que el peso convertible cubano (cuc) equivale aproximadamente al euro. Altamente recomendable.

Continuando con los locales que he descubierto en este viaje, ahora es el turno de la Cafetería Doña Laura. Esta cafetería nos la recomendó nuestra amiga Aurora, con la que tuve el placer de cocinar una magnifica comida criolla en su casa de la calle Neptuno, una casa que alquila por habitaciones a viajeros y que ya desde aquí os recomiendo. Pero volviendo al asunto de Doña Laura, deciros que sin lugar a dudas es de lo mejorcito en comida casera.

DOÑA LAURA

Está situada en la calle H entre 23 y 21 en el Vedado, muy cerca de la Heladería Coppélia y del Hotel Habana Libre. Esta cafetería es de iniciativa privada y se encuentra en el patio de entrada de la vivienda, al aire libre. Es bulliciosa pero encantadora, numerosos estudiantes y trabajadores se dan cita bien temprano a la hora de la comida, es habitual verlos comer sentados en bancos en el acerado de la entrada y las pocas mesas que disponen se llenan de inmediato, pero son velozmente disponibles, ya que allí se va a comer y rápidamente a continuar resolviendo el día a día, como suelen decir los cubanos. Por pocos pesos cubanos puedes degustar de un plato de ropa vieja acompañado de yuca y tamales en cazuela o de chuleta ahumada con todos sus acompañamientos, arroz congrí y ensalada con todo el sabor de la comida casera. Por 3 cuc puedes comer de maravilla con una lata bien fría de cerveza cubana Cristal o Bucanero, tan fría que se parten, según reza la publicidad de Doña Laura. No dejéis de ir.

El calor en la Habana en los meses de verano resulta insoportable, a los pocos minutos de salir a la calle ya nos encontramos pidiendo auxilio y deseando refrescarnos, así que si queréis un local bien climatizado y una buena decoración, no hay duda, estamos hablando del Sloppy Joe´s.

SLOPPY JOE´S

Se encuentra en el 252 de la calle Zulueta, entre Ánimas y Virtudes en la Habana vieja, muy cerca de los hoteles Plaza y Parque Central. La historia de este local resulta interesante, pero os dejaré averiguarla por vosotros mismos, sólo deciros que Joe era español, José Abeal y Otero y que sus amigos norteamericanos por la suciedad del local le apodaron Sloppy de ahí lo de Sloppy Joe´s. Ahora la suciedad brilla por su ausencia y el glamour del establecimiento nos hace soñar que en algún momento nos cruzaremos con Errol Flynn, Ernest Hemingway o cualquiera de esos personajes relacionados con la Habana anterior a la revolución del 59. La carta del Sloppy está muy bien organizada, desde los mejores rones a una buena selección de sándwiches, especialmente os recomiendo el cubano y su hamburguesa Sloppy, además de los Medallones de cerdo con mojo. Ideal para una comida rápida o para terminar el día conversando con los amigos en torno a una magnífica Piña Colada o Daiquirí frappé.

Estos tres locales me han sorprendido agradablemente y de ahí a que me atreva a sugeriros que si tenéis la oportunidad, no dudéis de acudir a ellos, pero hay otros locales que merecen una reseña como es el caso de el CAFÉ EL ESCORIAL en la Plaza Vieja, especializado en café, allí lo tuestan y elaboran con mimo, no perderse el Daiquirí de Café o si tienen leche condensada, no siempre la hay, el Bombón Borracho. Otro lugar con encanto es LA VITROLA también en la Plaza Vieja, decorado con antigüedades y carteles de cine y bebidas, ofrecen una cuidada carta con platos abundantes y bien elaborados, quizás y por ponerle un defecto, el volumen del grupo que ameniza el local como en casi todos los lugares de la Habana, es demasiado alto e impide que la charla en la comida sea agradable. Cerrando este apartado de recomendaciones os hablo de EL ALJIBE en la zona de Miramar, su especialidad es el Pollo al Aljibe, un plato de suculento Pollo asado acompañado de frijoles negros, arroz, plátano frito, ensalada y otras viandas, pero su precio resulta caro para ser pollo, 12 cuc, por mucha cantidad que te ofrezcan, que es considerable, ya que puedes repetir las veces que quieras.

Espero que estas recomendaciones os resulten de interés, pero lo mejor es atreverse a descubrir nuevos locales y dejarse asesorar por lugareños de confianza, nunca de los que os acometan por las calles turísticas de la ciudad, si lo hacen es que su establecimiento no rinde como debiera. Por último, encarecidamente os propongo que reviséis bien la factura antes de pagar para evitar sorpresas desagradables. Buen apetito.

 

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