El PP muestra su malestar contra la “dictadura de García” en Chipiona

Cuando los siete padres de la Constitución, tras la muerte de Franco, cogieron el testigo que el Congreso de los Diputados les cedió para la elaboración del texto que posteriormente daría lugar a nuestra actual Constitución, no había duda de que lo que se pretendía instaurar: Un país de libertades, un marco común en el que todos los españoles fuéramos iguales y tuviéramos las mismas oportunidades.

¡ Cuán poco conocían las enormes posibilidades que determinados crápulas políticos verían en nuestra Carta Magna ! No ha duda de que hoy, en Chipiona, año 2011, estamos ante la materialización más viva de la Dictadura de la Democracia. Aquella en la que un alcalde hace y deshace como los señores feudales, por virtud de una mayoría absoluta, conseguida con el victimismo y el miedo de aquellos que, calladamente, sostienen las patas de la silla imperial de su soberbia política.

Hoy abusando de la confianza de los chipioneros de bien que le dieron su voto, ha intentando de nuevo pisotear nuestros compromisos con las barriadas, con los deportistas, con los comerciantes y con todos los chipioneros en general, impidiéndonos ejercitar nuestra labor de informar a los ciudadanos de los proyectos que llevaremos a cabo cuando el próximo 22 de Mayo, Antonio Peña y el Partido Popular lleguen a la Alcaldía de Chipiona.

Pero amigos, lo más preocupante para Manuel García no es que sus movimientos políticamente inmorales y éticamente indignos no le sirvan para nada, ¡ no !

Lo que debe preocuparle a Manuel García es la fuerza que el Partido Popular de Chipiona tiene hoy. La fuerza moral de la honestidad, la fuerza creciente de un pueblo que grita BASTA. Somos como la onda del estanque que cuando se tira la piedra al centro se hace más y más grande hasta completar una ola que acaba por barrer la bajeza y la suciedad de la orilla eliminando todo aquello que huele a podrido a su alrededor.

Este ataque a la democracia, que sabemos que aún no ha finalizado, lleva varios atentados:
• Camacho Baños: Nos quiere echar de la barriada y no nos da ni siquiera luz para enganchar los focos y la megafonía.
• 3ª Edad: Nos impide celebrar una merienda con los mayores aduciendo que aquello es un sitio público.
• Pozo Romero: Nos deniega que demos un mitin, autorizado por el Gobierno, el Jueves día 11 y lo hace él en el mismo sitio y a la misma hora.
• Casa de la Cultura y Castillo: Nos impide celebrar reuniones con los deportistas, con los padres de la escuela de Música y con los comerciantes porque, según manifiesta, la situación económica del Ayuntamiento es tan caótica que no puede pagar la tarde de un conserje.
• Valdeconejos: Próximo lunes mitin programado de nuestro candidato. NO podemos hacerlo porque ya lo va ha hacer él.
Y nos preguntamos por último, ¿Así somos los chipioneros? ¿Así queremos ser tratados?

Sería conveniente recapacitar sobre lo siguiente:

“Cuándo maltratan a un chipionero deberíamos sentirnos maltratados todos; porque mañana, si no le caigo en gracia, si no sigo amedrantado por la titubeante guillotina de su ambición, será mi turno, y entonces lloraré la desgracia propia por no haber sabido protestar ante la ajena.”

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