Los once principios de Goebbels hallados en internet

Los once principios de Goebbels hallados en internet

A continuación comparto con ustedes unos once principios de una propaganda eficaz, los cuáles se le atribuyen al doctor Goebbels, una infame figura, quien fuera el ministro de propaganda del gobierno de Adolfo Hitler. Este genio del mal, pero genio al fin, tuvo una capacidad de convencimiento tal que en retrospectiva, nos sorprendemos cómo un pueblo culto como el alemán pudo caer en sus redes.

La moraleja es que no se debe subestimar el poder de la propaganda. Hay que aguzar el entendimiento para no ser víctimas de los propagandísticos modernos, y si lo hemos sido, aprender a desprogramarnos de su maligna influencia.

Entiendo que es posible liberarse de los efectos de la propaganda. Lo difícil es liberar a otros. Pero el conocimiento de cuáles son los resortes que mueven los propagandistas pueden ayudarnos a diseñar algún tipo de estrategia, pues es indudable el poder del control de la mente y la voluntad que ejercen sobre sus víctimas.

Cualquier parecido con alguna organización es simple coincidencia.

1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5. Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6. Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9. Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10. Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

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